Apropiación Fotografica


ANÓNIMO, barrio de Coghlan, Capital Federal, 1975



Descripción


Revolviendo en el gran baúl de fotos que hay en mi casa, además de fotos de mi infancia, encontré miles de fotografías de la infancia de mi mamá. Mi mamá es esa niña que aparece sonriente junto a Mora, el perro, que tenían para seguridad en la casa de su abuela, que detestaba a todos menos a mi madre…pero ¿Por qué esa foto y no una de las millones de fotos que había también de ella en el baúl? Porque mientras miraba las demás fotos que había me fui dando cuenta, que en las fotos donde mi mamá estaba más radiante, era donde estaba con un animal a su lado o al lado de mi bisabuelo...Tenía un brillo especial en los ojos que generaba alegría.

Pero había algo más, por alguna razón ésta en particular me llamo muchísimo más la atención, no lograba entender por qué realmente en un principio, hasta que luego de observarla con más detenimiento descubrí, para mi asombro, a Mora esbozando una “sonrisa”, quizás el punctum de la foto que me llevo a detenerme y pensar “los perros no ríen, pero ese perro se esta riendo". Era eso, el perro parece que esta compartiendo el mismo sentimiento de felicidad con mi mamá...una sonrisa cómplice entre ellas que te lleva a pensar que se reían por alguna aventura que estaban teniendo en el patio trasero de la abuela Adelaida allí por el barrio calmo de Coghlan en Capital Federal y que los adultos que las rodeaban no se daban ni una idea de lo que estaban haciendo. Probablemente en ese jardín, el mundo de ambas se transformaba,a los adultos ya no los oían hablando constantemente,ahora eran simplemente un murmullo lejano de su mundo, donde ellas solo escuchaban sus propias risas, pájaros y las hojas de los arboles del jardín que se movían por la brisa.
Mi intención con esta foto es de potenciar el efecto de asombro que me generó, y además crear inquietud, que la gente se detenga para ver la niña y el perro transformados, mutados, como si fueran personajes salidos de algún cuento de fantasía como Alicia en el país de las Maravillas donde todo puede ser y es bello y a la vez extraño… La pared blanca en su mundo quizás no era esa superficie gastada con poca pintura,sino la puerta a algún castillo o un gran bosque...En resumen, recrear el mundo de fantasía en el que ambas estaban sumergidas que solo ellas podían ver y los adultos no.





"GOYA"


Traducción: “(Palabra proveniente del idioma Urdu, de Pakistán) Abstracción 
de la realidad. Se sumerge en la fantasía temporalmente y la transforma en realidad.”



La imagen, luego de ser modificada, rompe absolutamente con lo convencional, deja de ser la foto de la niña con su perro en el patio de la abuela. El mundo “real” se va desquebrajando, dejando ver distintos mundos del otro lado, que quizás siempre estuvieron, pero en el día a día no podemos ver. Esos mundos que uno crea de niño mientras juega y al crecer olvida y solo ve el gris de la realidad.
 En la foto anterior, sin editar, uno podía ver la felicidad de ambas protagonistas, lisa y llanamente. Era el disfrute de ambas que uno podía apreciar. Ahora esa felicidad se ve distorsionada por la mutación de los personajes, y estos personajes corrompidos nos muestran ya no una sonrisa de felicidad genuina, sino más bien, la sonrisa transmite locura, son animales de otra dimensión que sonríen sin ningún motivo aparente.

Se pueden haber generado nuevos “punctums” en los que uno cuando observa la imagen y la recorre puede detenerse. Punctums desde las grietas y pozos en la pared que muestran mundos alternos, como portales que fueron abriéndose en la realidad y rompiéndola al mismo tiempo, hasta podemos observar punctums en los personajes al detenernos en la mirada humanizada del perro o la animalización de la niña en el juego, en que sonríen hacia la nada, sin prestarle atención a lo que sucede atrás, ignorantes, como si hubiesen salido de uno de los portales y se acomodaron en esta realidad.


¿Que sonidos desprende la imagen original?


Al ver la imagen original, me puedo imaginar los sonidos que las rodean. Como sonido más lejano, el ruido de algún auto pasando muy rápido sobre el empedrado de la calle; algún ladrido de algún perro vecino, que al ver pasar gente por la puerta de su casa se pone en modo defensivo y comienza a ahuyentar a “los enemigos”. Ya situándonos en los sonidos más cercanos a las protagonistas, podría llegar a imaginar, que se escuchan las voces de la bisabuela Adelaida mientras se contaba algún chisme con mi abuela. También el sonido del agua de la canilla mientras lavaban los platos, y no descartaría algún plato que resuene muy fuerte debido a que lo apoyaron con demasiada fuerza contra el mármol de la mesada…
Probablemente en el patio se encontrarán mi abuelo y Armando, mi bisabuelo, y se podían escuchar las voces de ellos que charloteaban mientras Armando le daba de comer a los pájaros que tenía en su jardín que llenaban el ambiente con sus cantos. O quizás, se escuchaba a mi abuelo tocando el antiguo piano de la casa mientras Armando arreglaba el jardín.
El viento movía las hojas y hacia chirriar el tender de alambre de la abuela, que se encontraba en ese mismo patio donde estaban la perra y mi mamá, y que hacia resonar también los materiales de construcción que solía tener el bisabuelo en el patio.

Las risas de mi mamá también debían de escucharse, unas carcajadas de niña feliz. Seguramente el o la que tomaba la foto, debía estar riéndose también, viendo la pintoresca escena de la niña con el sombrero de mimbre y el perro sonriente. Mora, el perro, quizás hasta ladraba, porque vio alguno de los pajaritos volando muy cerca de ella. 





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